Ángel Viñas (Madrid, 1941) doctor honoris causa por la Universidad de Alicante; hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria; premios Gernika, “Bernardo Vidal” y “Lola González Compromiso y Memoria”. Encomienda y Gran Cruz del Mérito Civil y encomienda de número de Isabel la Católica. Gran oficial del Mérito de Ecuador, de la Orden Bernardo O´Higgins de Chile y del Sol del Perú. Catedrático emérito de la UCM. Asesor ejecutivo de los ministros de Asuntos Exteriores Fernando Morán y Francisco Fernández Ordóñez; director de relaciones con América Latina y Asia; de políticas multilaterales y de derechos humanos y ayuda a la democratización en la Comisión Europea; embajador de la UE ante Naciones Unidas; expresidente de la Asociación Española de Historia Militar. Premio Extraordinario en la licenciatura y doctorado en Ciencias Económicas y número uno de su promoción al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Mantiene desde hace años un blog de historia en www.angelvinas.es y colabora en InfoLibre sobre temas de su especialidad. Su obra histórica es muy extensa.
Se cumplen 75 años del golpe de Estado del 18 de julio, el que supuso el inicio de la guerra civil española y dio paso a una dictadura de casi 40 años. Desde entonces, la contienda española es el hecho, después de la segunda guerra mundial, que más literatura ha generado en todo el mundo. Algunos historiadores consideran que ya se sabe todo sobre la conspiración de los generales golpistas. Otros, por el contrario, sostienen que todavía quedan muchas incógnitas. Informe Semanal analiza algunos de estos interrogantes que aún siguen abiertos, a pesar del tiempo transcurrido.
LA VERDAD, Almudena Grandes
Escribo esta columna bajo el impacto que me ha causado el último libro de Ángel Viñas. Fruto de una investigación exhaustiva en secciones recientemente desclasificadas de diversos archivos, La conspiración del general Franco aporta argumentos decisivos para desmontar lo que aún es la versión canónica del 18 de julio de 1936. Pero lo que más me ha impresionado no es que Franco pudiera volar desde Canarias hasta Marruecos gracias al probable asesinato del general Balmes, ejecutado para darle la excusa de ir a su entierro y viajar así desde Tenerife hasta Las Palmas. Ni siquiera los indicios de que algunos servicios o, al menos, algunos servidores de la Inteligencia británica estuvieran al corriente, si no implicados en la conspiración. Lo que más me afecta es que en 2011 aparezca un libro capaz de contarlo.