Las fotografías de Tania Abitbol nos hablan desde la indagación y el hallazgo: desde las ciudades alborotadas, el sur, los trenes, los templos, los festivales, el desierto, el norte o la tranquila presencia de Buda en cada rito.
India es más que un libro, una lección interminable, un paseo único y bellísimo a través de geografías y estaciones, de manos de una artista que conmueve porque sabe olvidar su presencia para integrarse como parte del relato, configurando así una ofrenda, su particular cartografía de rincones y ojos, iluminados con ese brillo templado como no sucede en los rostros de ningún otro lugar del planeta.