David Meca, con apenas cinco años de edad, tuvo varios problemas de salud que le obligaron a practicar la natación. El espíritu de superación lo llevaba dentro desde su infancia, y consiguió vencer sus debilidades físicas sin pensar que lo que empezó como una prescripción médica iba a convertirlo en uno de los mejores deportistas de la historia y a ocupar un lugar muy destacado en la élite mundial.
En 1993 se trasladó a Estados Unidos y se ins...