Para los habitantes de Bizancio, sus trabajos de arquitectura, frescos, mosaicos, marfiles, cálices, filigranas de oro y muchas otras opulentas obras de arte, fueron la prueba material de su grandeza y poder sobre los demás pueblos del Mediterráneo. El gran valor de esas riquezas queda ampliamenta reflejado en este completo recorrido por el arte bizantino, desde el reinado de Justiniano a la caída de Constantinopla. David Talbot Rice, una de las mayores autoridades en arte bizantino, ha viajado hasta las lejanas iglesias de Capadocia y Cicilia, hasta los monumentos de toba de Armenia y Georgia, y las fábricas de cerámica de Bulgaria del siglo XII, ahora enterradas por el lodo del Danubio.