La relación entre Jeroni Castell y la cocina empieza tarde y por casualidad. Al abrir Les Moles, Castell era el responsable de sala, pero la necesidad de cubrir la baja por enfermedad de su cocinero en época de trabajo provocó que Jeroni tomase la imperiosa decisión de cambiar la sala por los fogones. Años después, y tras formarse año tras año en las mejores cocinas del país, la recompensa llegó: desde 2009 el restaurante está reconocido con un Sol Repsol, el máximo galardón gastronómico del país, y desde 2013 con una estrella Michelin.
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