El liderazgo es la herramienta más sofisticada del management y como tal es un verdadero arte, pues está más unido a la sensación y al sentimiento que a la razón, según sostiene Eugenio Palomero en este libro. En él trata de establecer las reglas del liderazgo sostenible, ese que no está sujeto a las coyunturas o a la provisionalidad, sino que gestiona la autoridad como un ascendente emocional del grupo. LiderARTE rompe algunos de los tópicos más comunes de la bibliografía actual sobre la temática. Su base no es doctrinal, sino que está inspirado en la experiencia del autor, que durante treinta años ha impartido y compartido seminarios de carácter universitario y doctoral y ha considerado los testimonios profesionales de líderes empresariales.
Eugenio Palomero afirma, por ejemplo, que para que un liderazgo pueda ser sostenible, el líder debe ser, antes que nada, buena persona. El talento, la gestión de equipos, la predicción de escenarios futuros o incluso las técnicas de motivación son requerimientos importantes pero no esenciales para el liderazgo, que se apoya en valores de humanidad: el líder es justo, muestra su reconocimiento, sabe agradecer, delega, comparte información y recompensa. Todos esos valores, según Palomero, no son, en contra de lo que se cree, rasgos de carácter, sino habilidades aprendidas. Y ése es el objetivo de este libro: enseñarlas.
La pasión del líder es lo que convierte el liderazgo en un arte. Una conjugación equilibrada de intuición, sentimiento, emoción y valores que aproxima el arte de liderar al arte de vivir. Eugenio Palomero nos conduce en este apasionante libro por los entresijos del liderazgo. Para él, el liderazgo como arte es una combinación precisa de osadía y pasión, capaz de provocar una emoción profunda y transformadora.
Desde la literatura al cine, pasando por el deporte y, sobre todo, por el mundo empresarial, todos los líderes que nos muestra Palomero poseen un denominador común: la pasión por lo que hacen. Esa pasión, ese entusiasmo bien entendido, convierte a los líderes no sólo en un foco de admiración, sino también en una fuente constante de inspiración, de estímulo capaz de despertar en los demás ese entusiasmo transformador.
El camino hacia el liderazgo se convierte, pues, en un aprendizaje, en un viaje interior hacia las profundidades de la persona. Y debe ser un camino de perfección, sostenido por valores éticos y principios de responsabilidad, que nos conducirá, sin lugar a dudas, a través de la observación, la formación y el aprendizaje, a una honda transformación personal y profesional.
Prólogo de Carlos Espinosa de los Monteros