1. Cada vez que puedo, paro un ratito y siento mi respiración. Cada vez que puedo, paro un ratito y bostezo. Alguien me dijo que cuando bostezas se conecta todo lo que está desconectado.
2. Cada vez que pasa algo que me pone de malas respiro y pienso: “Voy a defender mi alegría”. La mayoría de las veces lo logro.
3. Cuando estoy triste, lloro. Transito mi tristeza y la dejo pasar, le digo adiós y eso sería.
4. Trato de ayudar a los demás sin apropiarme de sus problemas. Así les soy más útil y no me sobregiro con sentimientos que no me corresponden.
5. Mis días libres son sagrados. Nada mejor que pijama el día entero para recargar la energía
Fui hecha en 1966. Mujer, comunicadora, clown, comediante, conferencista, sagitariana, caballo de fuego. Crecí viendo televisión en blanco y negro, escuché música en cintas magnetofónicas, vi de cerquita a Juan Pablo II paseando en su papamóvil en Lima, tomé sopa de cubito en la Feria del Hogar, usé calzones Mochita, mandé cartas con estampillas. He vivido en siete casas, he buceado con tanque a catorce metros de profundidad, encontré al amor ...
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